Salimos hace dos días de Dombás, un pueblecito de montaña que su importancia radica en que es el centro de muchas excursiones, deportes de aventura y por supuesto todo tipo de deportes de invierno. En vez de ir directamente a Lillehammer decidimos dar una vuelta por una de las carreteras que recorren el valle del Rondane, cocretamente la primera carretera turística nacional conocida por las montañas que la rodean conocidas como las montañas azules debido a su color azulado en invierno (el efecto de la nieve y el sol bajo, imagino).
Los paisajes son muy bonitos y hay mucha diversidad por que la carretera discurre por puertos de montaña que llegan a los 1200m. A esa altura en noruega hace un frio del copón y tiramos de ropa de abrigo para hacer fotos del paisaje de alta montaña.
En general las vistas son bonitas pero después de ver Geiranger o la escalera troll, cualquier cosa nos parece poco. Así que no nos impresionó. Imagino que si las hubiéramos visto nada más llegar a Noruega pensaríamos que son preciosas. Las comparaciones son odiosas, está claro !!!.
Siguiendo el camino llegamos a Lillehammer a orillas del lago Mjosa, ciudad de menos de 30000 habitantes que fue sede de los juegos olímpicos de invierno del 94. Por supuesto la ciudad todavía respira ese ambiente olímpico y toda ella está basada en ese momento de su historia. Hoy hemos visitado las instalaciones de saltos de esquí y hemos tenido la suerte de asistir a unos entrenos. Es sorprendente que un deporte que parecía relegado al invierno lo han adaptado para poder disfrutarlo en verano. Os preguntareis como lo hacen, puees muy sencillo. El trampolín y la zona de aterrizaje estan hechas de césped artifificial que riegan constantemente. Así consiguen simular la nieve.
Posteriormente hemos ido a la pista de bobsleigh, el deporte que consiste en bajar en un trineo a toda leche por un tubo de hielo. Y por supuesto lo han adaptado al verano conviertiéndolo en un tubo de hormigón y usando un trineo con ruedas en vez de cuchillas. Y la cosa es que lo hemos probado!!!. Hemos descendido con el trineo a más de 100km por hora. De hecho hemos bajado la pista de 1,7 km en 68 segundos, a toda leche vamos!!!. Cuando te subes ya te advierten que este deporte no es apto para personas con problemas de espalda o cervicales por que soportas fuerzas de hasta 3G, es decir, tres veces tu propio peso. Si tu cabeza pesa 15kg se convierten en 45kg que debes soportar. La verdad es que ha sido alucinante, y como curiosidad decir que conducía una noruega de esas enormes. Entre la noruega, la Marta, los dos alemanes enormes que nos han acompañado, y obviamente el servidor que escribe, deberíamos haber hecho que el trineo volase por el enorme peso. Más que un bobsleigh era un arma de destrucción masiva. Si se hubiera salido del circuito lillehammer ya no existiría, pero la noruega has conducido respetando las normas de circulación.
Una vez en Oslo nos hemos equipado con un pase de 24 horas para entrar en museos, los museos no son muy grandes (por no decir que directamente son pequeños) y ayer vimos 6 museos. Concretamente fuimos al museo vikingo, donde se exponen los restos de varios drakars; el museo de la marina, donde se ven maquetas y otros cachivaches de barcos, un poco aburrido, la verdad;
el museo del barco polar Fram, el barco que utilizó Ronald Amudsen para conquistar el polo sur y otras aventuras que seguro habeis visto en documentales; el museo Kon Tiki, el museo de un noruego loco que se cruzó el pacífico y el atlánico en barcos hechos de bambú y papiro para demostrar una teoria de contactos entrre civilizaciones antiguas; el castillo de Oslo, tambien un poco decepcionante por lo básico de la exposición; y por último el museo de la resistencia noruega a la invasión alemana, bastante interesante, pero con pocas explicaciones en Inglés.
Esto ya se acaba, mañana toca el regreso, snif, snif... menos mal que todavía tenemos una semana para volver a currar.
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