lunes, 27 de julio de 2009

Stavanger Sola - Stavanger

El vuelo desde Copenhaguen ha salido bastante puntual y hemos volado con SAS. En una horita más o menos nos hemos plantado en el aeropuerto de Stavanger: Stavanger Sola.

Es un aeropuerto pequeñito.

Nada más salir hemos visto un par de autobuses y uno de ellos es el que llevaba a Stavanger costando el viajecito de unos 20 min 10 EUR por cabeza... El conductor muy amable nos ha avisado cuando nos teníamos que bajar para nuestro hotel, sacándonos las maletas del maletero e indicándonos por donde ir. Cuando hemos comenzado a caminar nos ha pitado porque nos estábamos equivocando de camino :))).

El hotel estaba muy cerca de la parada del autobús y la chica de recepción también ha sido muy amable (parece algo general): nos ha explicado qué ropa y calzado llevar al preikestolen mañana (aunque ya veremos) y más cosas que no he entendido aunque le iba diciendo que sí con la cabeza :))))).

Y nos ha sorprendido gratamente la habitación: es enorme. Lo malo que no tiene bañera si no un baño muy pequeñito sólo con ducha.

Así que recomendamos mucho este hotel: por la atención, situación y servicio en general. Se encuentra en la siguiente dirección:


Mostra un mapa més gran

Hemos salido para visitar Stavanger y hemos parado a comprar agua en un supermercado justo al lado del hotel, donde nos hemos encontrado con dos catalanes más (somos casi como los japoneses!).

Luego el tiempo ha empezado a empeorar y nos ha ido muy bien llevar el chubasquero, que parece que vamos a amortizar. A mi me ha gustado la ciudad, más que a Iñaki. Básicamente tiene tres cosas (sin contar las sardinas y el petróleo):

- El muelle o puerto. Llenito de medusas naranjas. Se deben estar cargando a todos sus depredadores como en el mediterráneo.


- A un lado del muelle: el casco antiguo. Lleno de tiendas y bares. Todas ya cerradas sobre las 18-17h.


- Al otro lado del muelle: casitas antiguas de madera blanca la mayoría y el suelo empedrado. Muy bonito.


Después de cenar hemos esperado a que pasara el chaparrón que ha caído para volver al hotel, donde estamos ahora conectados a la red wi-fi gratuita.

Hay que decir que aquí destacas siendo bajito y moreno, porque todos son unos vikingos-as. Pero al menos te tratan amablemente y no como a un ser inferior, como en Londres por ejemplo.

Para ver más fotos de Stavanger pulsa aquí.

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