El primer día que fuimos para Reykjavik, dedicamos la mañana al blue lagoon.
El blue lagoon es un spa "artificial" con aguas termales calientes y salinas. Los componentes de este agua (unas algas microscópicas únicas en el lugar, silicio, etc...) hace que tenga muy buenas propiedades para la piel (anti-edad) y que tenga un color azul turquesa, de ahí el nombre.
La entrada cuesta 28 EUR y el alquiler de la toalla, 4. Te dan un brazalete para que puedas "hacer gasto" dentro pagando luego al salir.
El agua del lago está a una temperatura muy agradable (que puede ser más o menos caliente según la zona)... aunque al salir fuera hace bastante frío (el día que fuimos llovizneaba). Por eso no nos apeteció nada comprarnos, dentro del mismo lago, algo de bebida fresquita. No apetecía. Así pues, salimos del agua y nos bebimos un capucino caliente en el bar de dentro.
Lo más divertido e interesante, es embadurnarse con la mascarilla blanca que ponen a lo largo del lago. Es una mascarilla hecha con elementos de la zona que limpia la piel (corroborado). Te la pones, esperas de 5 a 10 min y luego te la quitas con la misma agua del lago.
Además, en la ducha, ponen dispensadores de gel y acondicionador del pelo para que los puedas probar, que son los mismos que venden luego fuera.
Así pues, una visita muy recomendable.
De Reykjavik no podemos decir gran cosa, ya que estuvo lloviendo los dos días que estuvimos. Al llegar, aparcamos el coche para dejarlo y que lo vinieran a recoger en los alrrerededores del hotel. Una vez hecho el check in y arreglado el tema del coche, nos fuimos a dar una vuelta bajo la lluvia.
El hotel Centerhotel Plaza no estuvo mal, sobretodo la variedad y calidad del desayuno, pero nos dieron una habitación triple a nivel de la calle y se oían los pasos y gritos de la gente.
Hay dos calles principales o comerciales, llenas de tiendas para guiris. Recorrimos una de ellas y llegamos hasta una iglesia. Luego giramos a la izquierda, dimos la vuelta al lago del parque y volvimos hacia el hotel porque nos estábamos calando.
Reykjavik es una ciudad con variedad de bares y restaurantes y con posibilidad de hacer differentes actividades. Hemos leído que tiene una gran vida nocturna, pero no lo comprobamos.
Al día siguiente, después de hacer el check out del hotel y dejar las maletas, hicimos el tour para ver puffins... como ya hemos contado en otro mensaje.
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