En Val-Thorens no se puede dejar el coche aparcado en el mismo pueblo: hay que dejarlo siempre en parking.
Una de las cosas que nos encontramos cuando llegamos es que no pudimos dejar el coche en un aparcamiento ni próximo ni cerrado. Así que tuvimos que dejarlo en un parking abierto, pagando una pasta y teniendo que coger un autobús para ir a recogerlo o mirar cómo estaba.
El día que nos fuimos hizo mucho frío (-13) y el coche tenía una capa de nieve encima impresionante. Ni siquiera se podían abrir las puertas. Todo esto retrasó muchísmo nuestra salida y pasamos un frío impresionante quitando nieve y hielo del coche.
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