Nos despedimos de Paola, la madre de Carlotta, y nos vamos ya hacia el aeropuerto, haciendo algún alto en camino.
Nos vamos a comer a Pergine para que así Carlotta que se queda, la podamos llevar de vuelta a casa.
Luego salimos y ya no paramos hasta el aeropuerto, donde dejamos los coches de alquiler y nos vamos, esta vez muy tranquilamente, a coger el avión (el año pasado llegamos con el tiempo justo y tuvimos que correr un poco).
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